Sefija es el archivista de lo cotidiano, un hombre de mediana edad, con gafas y barba, escritor frustrado y gran observador que diserta con humor, ironía y desarmante lógica sobre los más variados temas que se le ponen a tiro en el día a día. El 6 de septiembre de 2015 se cumplen 15 años desde que Ángel Sefija protagonizara la primera plancha con serie propia en la cabecera de la revista satírica El Jueves. Y para celebrar la efeméride se publica Ángel Sefija tras el Noveno Arte, el noveno álbum recopilatorio de la serie.
La periodista Adriana Herreros subraya que Entrialgo es “un explorador diario de lo social que se ha autoimpuesto la ingente tarea de observar continuadamente su/nuestra huella en el mundo y así documentar experiencias. Para luego, tamizado todo por su natural humor norteño y perspicacia mucha, contárnoslo”. El personaje que más ha dibujado hasta la fecha le sirve al autor vasco para “la comparación, la hipérbole, el juego de palabras, la contradicción o la desviación del discurso; agudeza verbal y mucha ironía para tratar de describir y explicar el comportamiento humano en un tiempo muy concreto. El ahora”.
En este tomo, Sefija levanta acta, por ejemplo, sobre algunas personas que hoy en día trabajan sin cobrar, los contratiempos tecnológicos que suelen aparecer cuando viajamos al extranjero, la creciente sofisticación de los alimentos básicos, las fotografías que pone la gente en su perfil de Facebook, algunas formas de conseguir que la opinión pública no se entere demasiado de los casos de corrupción, las cosas que pueden suceder con los diarios de papel en menos de veinte años o los estados más comunes de todos esos faraónicos edificios que se construyeron en España con fondos públicos para supuestos fines culturales.

Sefija es un hombre de mediana edad, con gafas y barba, escritor frustrado y gran observador que diserta con humor, ironía y desarmante lógica sobre los más variados temas que se le ponen a tiro en el día a día. Las planchas del personaje creado por Mauro Entrialgo aparecen cada semana con cartesiana puntualidad sin faltar una sola semana a la cita, desde el año 2000 en la revista satírica El Jueves. Ángel Sefija más chulo que un ocho recopila las páginas inéditas en álbum prepublicadas en dicha cabecera.
En su nuevo recopilatorio –y ya son ocho los volúmenes editados, de los cuales seis con Astiberri, tras Ángel Sefija por tercera vez, Ángel Sefija con cuatro ojos, Ángel Sefija desde el quinto pino, Ángel Sefija con el sexto sentido y Ángel Sefija por los siete mares–, Sefija se muestra con suficiencia para adentrarse en las teorías que intentan explicar por qué tanta gente tiene accidentes en los baños de los hoteles, las consecuencias inesperadas que ha traído el ipad, cosas para las que vale el Twitter, distintos tipos de cruasanes chungos, cosas buenas de tener niños, las constantes de un político sinvergüenza, nuevas tendencias de las presentaciones de libros, consecuencias de la proliferación de nuevas licencias de terrazas, la afición a que las cosas nuevas parezcan viejas, los negocios que funcionan bien en tiempo de crisis o los efectos secundarios que suelen sufrir los conversos, entre otros.

Sefija es un hombre de mediana edad, con gafas y barba, escritor frustrado y gran observador que diserta con humor, ironía y desarmante lógica sobre los más variados temas que se le ponen a tiro en el día a día. Las planchas del personaje creado por Mauro Entrialgo aparecen con cartesiana puntualidad sin faltar una sola semana a la cita, desde el 6 de septiembre del año 2000 en la revista satírica El Jueves. Ángel Sefija por los siete mares recopila las páginas inéditas en álbum prepublicadas en dicha cabecera.
En su nuevo recopilatorio –y ya son siete los volúmenes editados, de los cuales cinco con Astiberri, tras Ángel Sefija por tercera vez, Ángel Sefija con cuatro ojos, Ángel Sefija desde el quinto pino y Ángel Sefija con el sexto sentido–, el sagaz Sefija apunta el dedo sobre tipos de votaciones supuestamente democráticas muy extendidas hoy en día, lugares a los que va la gente que no quiere ir a dormir cuando cierran los bares, cómo se hace una plaza de una ciudad occidental hoy en día, cibercomportamientos en Facebook que conviene evitar, los usos que cree la gente que tiene un bidé en España, las diferencias entre un imbécil y un hijo de puta, algunos motivos para celebrar algunas cifras o ejemplos de tendencias en el diseño de carteles de fiestas populares, entre otros... Sefija se atreve con todo.

Este tercer y último volumen de Plétora de piñatas, de Mauro Entrialgo, cierra la recopilación de las tiras de humor gráfico publicadas durante cinco años en el desaparecido rotativo Público: en total 1110 tiras, la última de ellas inédita hasta esta ocasión al ser censurada por los responsables de ese periódico.
Desde la anécdota cotidiana más nimia hasta la denuncia más visceral, Mauro Entrialgo descifra los nuevos códigos de nuestra sociedad cambiante y nos pone las narices delante de sus despropósitos: milagros tecnológicos que empeoran nuestras vidas, verborrea de los medios de comunicación, estafas de empresarios y autoridades rancias... Todo sin acritud y pasado por el tamiz del humor canalla.
Las tiras que dibujó para el desaparecido diario Público entre 2007 y 2011 no pueden estar más de actualidad: anuncios engañosos, prácticas fraudulentas empaquetadas en un bonito discurso o comportamientos nuevos aparecidos con la crisis son diseccionados y analizados con lupa: Mauro Entrialgo levanta acta de los cambios que está experimentando nuestra sociedad y captura el pulso de su tiempo.

Lo más normal y rutinario del mundo se vuelve de repente risible y absurdo a través de la mirada incisiva de Mauro Entrialgo. Descoloca, cuestiona, produce carcajadas o irrita, obligándonos a observar las cosas que nos rodean desde otra perspectiva; da en la diana con nuevos refranes y palabras inventadas, y pone de pie las cosas que damos por sentadas en este Plétora de piñatas 2.
Entrialgo analiza, desde la cotidianeidad, las trampas de las redes sociales, lo que esconden las palabras que están de moda, la ranciedad del mundo de la empresa, el engaño de los medios de comunicación o los efectos de la crisis. Noel Ceballos, el prologuista de este segundo volumen, apunta que a veces hasta se anticipa a los acontecimientos: “En ocasiones, la capacidad de estas tiras para fabricar chistes exagerados que acabaron haciéndose realidad llega a asustar”.
Este segundo volumen de Plétora de piñatas sigue recopilando las atemporales tiras de humor gráfico publicadas entre 2007 y 2011 en el desaparecido rotativo Público: en total 1110 piñatas a las que Entrialgo da palos a base de bien, para derramar y dejar a la vista incongruencias cotidianas y locuras contemporáneas.
“Reflexiones lúcidas, cumbres de humor cívico y opiniones agudas que abren carne sin herir”. (Rubén Lardín, Rockdelux).

Mauro Entrialgo (Vitoria, 1965), además de uno de los humoristas gráficos con mayor prestigio y reconocimiento del país, es un todoterreno creativo que ha escrito cuatro obras de teatro, ha guionizado el largometraje Gente pez entre otras incursiones en el séptimo arte, realiza cortometrajes en vídeo (Trocitos de mi vida) que pasea por los más diversos festivales, hace publicidad, ilustraciones, portadas de discos, murales... y aún le queda tiempo para tocar la guitarra tras formar parte de los combos Fat Esteban y Esteban light.
Inasequible al desaliento, desde el 26 de septiembre de 2007 Entrialgo hace una tira diaria para el periódico Público.

Nacido en 1994 en las páginas de la revista El Víbora, el Demonio Rojo es uno de los personajes humorísticos más conocidos de su autor.
Aunque el Demonio Rojo se gana la vida como combatiente profesional de lucha libre, a juzgar por los intereses y aficiones que manifiesta repetidamente en sus historietas, el único título al que parece aspirar con perseverancia y dedicación es al de campeón mundial de meter el rabo en caliente. Por eso, este libro que recoge todas las planchas originalmente contenidas en sus dos primeros e inencontrables álbumes en una edición de lujo a dos tintas especial para coleccionistas, no podría titularse de otra forma más definitoria: Ganas de follar.

Plétora de piñatas recopila las tiras humorísticas que Mauro Entrialgo publicó diariamente en el periódico Público de 2007 a 2011, en las que observa y disecciona lo que pasa en la calle, las discusiones de pareja, las palabras que están de moda, las mentiras comunes, y saca a base de palos lo desconcertantemente absurdo de las cosas más normales y cotidianas que nos rodean.

"Humor gráfico dirigido a todos los públicos. Ciento y pico chistes a página entera dibujaditos con lápiz, acuarelas y mucho cariño. Contiene robots tripulados, parques de atracciones, dinosaurios, esquimales, naves espaciales, centuriones romanos, guerreros vikingos, volcanes, indios y vaqueros, castillos medievales, vampiros, superhéroes, grupos de rock, viajes en el tiempo, arquitectos egipcios, laberintos, platillos volantes, tesoros piratas, arañas gigantes, postres de un metro de altura y una isla con la forma de un muslo de pollo". Así es como define el autor este libro, el primero que ha planteado expresamente para lectores de todas las edades, pero también su primer álbum de humor gráfico puro y sin duda el más elaborado a nivel artístico de toda su carrera.

Mauro Entrialgo (Vitoria, 1965) no sólo es el más prolífico de los historietistas españoles de las últimas tres décadas, también es el único que ha mantenido el nivel invariablemente alto a lo largo de todo ese tiempo. Autor de más de treinta libros, su trabajo también abarca el arte contemporáneo, la música, la animación, el teatro, el cine y la televisión. Sin embargo, ha cambiado la ambición acostumbrada por una curiosidad inagotable hacia las infinitas variantes del comportamiento humano. Por eso sus tebeos se leerán con igual o mayor interés en el futuro, cuando al rasgo de ser únicos se pueda sumar el haber sido retrato indiscutible de su época.
«Mauro es un notario y su obra son actas donde da fe de la realidad de cada día. (...) Reímos, cuando lo que deberíamos hacer es sonrojarnos.» (Álvaro Pons).